miércoles, 27 de agosto de 2014

Consolación: El Honor de nuestro pueblo.

Ya que estamos en la Víspera de la Festividad de Ntra. Sra. de Consolación, hemos querido compartir con vosotros este relato de la revista "Glorias de Osuna" 1993.

Como en años anteriores, la Parroquia de Ntra. Sra. de Consolación se prepara para celebrar la fiesta de su Titular, y con ella toda la Ciudad de la que es Patrona.
8 de Septiembre, día memorable para un hijo de Osuna, día de la Madre.
Llegadas estas fechas, la Parroquia se pone en movimiento, como todos los años, indicándonos la proximidad de la fiesta grande: El ensayar de las pequeñas cantoras, el encargo de flores, el confeccionar de los carteles, el alegre ir y venir del pincel y la pintura intentando corregir los imperfectos, cambiar las bombillas que están fundidas... para que todo esté a punto como Ella se merece.
Los carteles en los escaparates, tableros de anuncios en esos días, y las alegres noticias por los medios de comunicación están recordando la fiesta de su patrona.
¿Qué es la Patrona? La que nos guía y acompaña en todos los momentos de nuestra vida: Con el pequeño para jugar con ellos, en ese compartir su maternidad; sigue amorosamente los pasos de los jóvenes en su corta experiencia; se hace presente, como en la boda de Caná, siempre atenta para pedir a su hijo el vino del amor y la alegría de vivir, para llevar a la madurez su matrimonio.
Es la que preside nuestros actos, tanto personales como comunitarios. Así lo entiende un alcalde que, en su día, la nombra Alcaldesa; una Ciudad que la llama con título más significativo de "Consuelo"; unas madres que les agradecen y consagran lo más grande para ellas, sus hijos; una policía local que a su amparo se pone y una Parroquia que, con su hermandad, canta sus glorias y como joya guarda y  verena.
Ha terminado su novena preparatoria y en plena velada todo está preparado para recibir el cariñoso saludo de sus hijos por las calles de su querida Osuna.
Va de rosa, como flor arrancada del Edén, blancos lilium, claveles y gladiolos adornan su paso, dejándose ver esa mano primorosa, que en cada flor lleva una oración con suspiro de amor pudiéndola cantar: "FLOR DE LAS FLORES, VIRGEN DE LAS VÍRGENES Y AMOR DE LOS AMORES".
Todo a punto, para que a la voz del capataz, "¡A ésta es!, los costaleros respondan "Al cielo con ella" y todos, a una voz, podamos decir: "TÚ ERES LA ALEGRÍA DE JERUSALEN, EL ORGULLO DE ISRAEL Y EL HONOR DE NUESTRO PUEBLO, VIRGEN DE CONSOLACIÓN".


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